miércoles, 22 de mayo de 2019

La vida, la muerte, el amor y la suerte.

"Tan sutil como llegó, se habia ido. Sólo había una respuesta y aquella se encontraba en el fondo de la botella. ‘Si tan sólo hubiera…’ esa implacable sospecha, esa arraigada constante, no podía más que pensar en ello. Todo fue tan fugaz que ni lo recuerdo bien. ¿Le dije que la amaba? O quizás fue ella quien me lo dijo a mí. Ya no importa. Tal vez nunca importó. Lo recuerdo en esencia. Recuerdo aquello que sentí cuando nos besamos por primera vez. Recuerdo que ese momento era lo único que importaba, no me interesaba lo que había sucedido antes y mucho menos lo que sucedería después. Ese momento, tan implacable, tan candente… Vuelvo a pasear los hechos por mi mente. “La tomé de la mano… y luego, ¿qué hice?” Las memorias son peligrosas, tienen la mala costumbre de zambullirse en tu sangre y llegar hasta tu corazón, se bañan en sentimientos, salen empapadas de ellos y es así como las recuerdas. Lo recordaré objetivamente. Tan objetivo como me es humanamente posible. Es inútil, no puedo. Sólo sé que hoy en la mañana ya te habías ido. Que a tientas te buscaba pero tú no estabas. Creí que jamás regresarías, pero lo has hecho, me atormentas en mis pensamientos, me robas de mi sueño, el insomnio es el fruto de tu enraizada presencia. Me llueve sobre mojado y tú sólo lo absorbes, te nutres de mis pensamientos y creces. Creces tanto que me pesas. Creces tanto que me privas de la luz, lentamente me hundes en la sombra, al penumbroso olvido."

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